Marco Levario Turcott
Director de Etcétera
Hace poco propuse a su revista una colaboración con el tema del escándalo que se dio a partir del señalamiento mediático post mortem como espía de la escritora Elena Garro, autora de Los recuerdos del porvenir y otras obras y primera esposa del Nobel Octavio Paz, hecha en el 2006 por el Pleno del IFAI.
De acuerdo con la información que he ido reuniendo, parte de la cual dejé en la recepción de la revista para que ustedes, los directivos, pudieran analizarla, se trató de un gravísimo error del Pleno del IFAI, revelador, entre más se ahonda en él, de la existencia de fallas en el diseño institucional del Instituto, que hacen que el Pleno de la institución promotora en México de una cultura de transparencia y rendición de cuentas, paradójicamente pueda actuar en forma opaca e impune, cuando busca ocultar o minimizar un error propio.
Al llamar para preguntar por su respuesta, se me informó textualmente que la misma era que "no nos interesa hablar con usted". La cual, en un principio me desconcertó pero inmediatamente después desató mi indignación, pues implicaba un rechazo personalizado, siendo irrelevante si mi propuesta era buena o mala, interesante o sin relieve. Se lo hice saber a su asistente Isabel Velázquez y le solicité que usted, a quien conocí hace años en la UNAM, aclarara esto.
He vuelto a llamar, y ahora Isabel Velázquez me dijo que todo fue un error, una confusión, y que lo que realmente quiso decir usted era que simplemente no le interesaba el tema para la revista. A pregunta expresa se me dijo que las puertas de la misma no estaban cerradas para mí y no había razones personalizadas en mi contra.
Bueno, si todo se trató de una lamentable confusión, es un alivio. Pero, por lo mismo, ya que usted no tiene problema en hablar conmigo, le solicito una cita para exponerle personalmente la importancia de lo que llamo el caso Garro, y el por qué tiene relación con los temas e incluso causas que enarbola Etcétera. Todas las siguientes afirmaciones son comprobables:
1.- El actual Comisionado Presidente del IFAI, Alonso Lujambio Irazábal, quien, como Comisionado Ponente de un recurso para acceder a la información que la DFS tenía de Octavio Paz y Elena Garro, en sesión pública del Pleno del IFAI hizo el señalamiento contra Garro, fue irresponsable al hacer esa afirmación sin tener sustento alguno. Lo afirmo de manera tajante porque consulté el expediente de ese recurso y no encontré análisis que soportara la afirmación de Lujambio. Las que él considero como pruebas, de las cuales se "desprendía" que Garro había sido espía, no son mas que un par de papeles sin sello ni membrete oficial, no firmados por la escritora, en los que supuestos agentes anónimos de la DFS supuestamente recogen delaciones suyas.
2.- Los diferentes medios que recogieron lo dicho por Lujambio nunca consultaron directamente esas "pruebas", sino que simplemente dieron por buena la afirmación del Comisionado. Se trató de un caso típico de "periodismo de declaraciones" —la "noticia" es la declaración del personaje público, generalmente funcionario gubernamental, y no el hecho investigado, comprobado, contrastado—, justamente ese tipo de "periodismo" que tanto ha contribuido a la, en general, baja calidad del periodismo mexicano. Peor aún: esos mismos medios que dieron a entender que sí habían consultado directamente la información nunca precisaron, por ejemplo, que los papeles a los que hacían referencia como "documentos oficiales" eran, en realidad, papeles anónimos.
3.- Tuve un debate público con Alfredo Herrera Patiño, el solicitante de los expedientes de Paz y Garro, en el desaparecido blog suyo La Obscura Transparencia. Herrera Patiño había digitalizado lo que el Archivo General de la Nación le entregó, después de la resolución de Lujambio, poniéndolo a disposición de quienes quisieran descargarlo, en el blog señalado.
Al hacerle notar, en un momento dado, que él había reconocido públicamente que los papeles de Garro eran atípicos, Herrera Patiño terminó unilateralmente el debate que sosteníamos. Poco después, sin explicación alguna, despareció el blog mencionado y así también la posibilidad de que el público interesado descargara las "pruebas" contra Garro, para que, revisándolas, libremente pudiera llegar a sus propias conclusiones.
Por eso he acusado públicamente a Herrera Patiño de deshonesto, pues una vez que esos papeles, después de la revisión y análisis que hice de ellos, pasaron a demostrar no supuestas actividades como espía de Elena Garro sino un acoso de la DFS contra ella, por lo visto eso ya no le pareció a él. Cuando resultó que a los papeles que le entregaron se les podía dar una lectura diferente a la que se difundió como confirmación de la perversidad de Garro, Herrera simplemente los borró.
4.- Porque me alargaría mucho si cuento todos los detalles, me limito a señalar que, a lo largo de varios recursos y escritos, el Pleno del IFAI y, en lo individual, los comisionados Alonso Lujambio y Alonso Gómez Robledo, se han negado a explicar cómo y por qué concluyeron que Garro era espía.
5.- Solicité al IFAI la versión estenográfica de la sesión del 12 de julio de 2006, en la cual se votó la ponencia de Alonso Lujambio referente a los recursos 0412/06 (Garro) y 0413/06 (Paz), acumulados. Esto, a fin de que el público interesado y yo pudiéramos conocer, en forma completa y exacta, los términos del debate del cual salió el señalamiento contra Garro. El IFAI respondió que no contaba con servicios de estenografía y las sesiones sólo se graban en audio.
Se me proporcionó una trascripción parcial de ese audio, limitada, por no se sabe qué razón, a las participaciones de Alonso Lujambio. Presenté entonces el recurso 3898/07, para obtener la trascripción de la sesión completa. La secretaria técnica del Pleno del IFAI, quien proporcionó esa trascripción parcial, solicitó, como sujeto obligado, que el Comité de Información del IFAI declarara la inexistencia de la información.
El problema es que la secretaria técnica del Pleno del IFAI es miembro del Comité de Información. Así, la propuesta de inexistencia de la información solicitada, que presentó como sujeto obligado, fue votada positivamente por ella misma como miembro de tal Comité de Información. Para colmo, con posterioridad, se le notificó, mediante oficio, de lo que se había decidido en esa sesión, en la cual firmó de presente y en la cual votó a favor de su propuesta. Me he referido a esto como surrealismo burocrático.
Una vez hechos estos señalamientos, que no agotan todas las irregularidades que se han presentado, quiero enterarle de que tengo amistades que conocieron a Elena Garro, y conservan de ella una mala opinión y un pésimo recuerdo. Pero incluso estas amistades han reconocido lo endeble de las "pruebas" que sirvieron para condenarla públicamente como espía, cuando se las he mostrado.
No se trata, como me dijo el Comisionado del IFAI, Juan Pablo Guerrero Amparán —quien conoció a Garro—, de que yo haya "personalizado" este asunto. Más bien, —y se lo reviro públicamente a Guerrero Amparán— (quien, por cierto, como Comisionado dice una cosa y hace otra), son los comisionados miembros del Pleno del IFAI los que han personalizado esto al no querer reconocer el error que cometieron. El día de mañana a cualquiera puede pasarle lo que a Garro: ser señalado públicamente post mortem, ya sin posibilidad de defensa, de cometer actos reprobables, todo eso basándose en papeles anónimos.
Y quiero dejar bien claro, a fin de que no se me malinterprete, que considero la labor del IFAI fundamental para que México tenga una "democracia de calidad", en los términos que plantea el politólogo Leonardo Morlino. Reconozco logros del Instituto y me parece condenable la amenaza de los hermanos Bribiesca contra los comisionados, por haber acordado que se entregue una versión pública de la investigación contra ellos. Pero el sólo cantar las loas del IFAI y no ver sus fallas me parece que es caer en la parcialidad acrítica. Mis señalamientos en todo momento lo han sido de fallas comprobables en el desempeño del Instituto, y mostrarlas, considero, no implica dañar a la institución sino, por el contrario, propugnar por su mejoramiento.
Así que le pregunto a usted, Marco Levario, si un caso que revela irresponsabilidad por lo menos moral del actual Comisionado Presidente del IFAI, al hacer un señalamiento público infundado, que provocó un linchamiento mediático; la práctica de un "periodismo de declaraciones" por parte de algunos medios, difamando a una persona ya fallecida; la evidencia de fallas comprobables en el proceso de análisis de los asuntos sometidos al Pleno del IFAI y en la rendición de cuentas por parte de ese organo colegiado; el desdoblamiento de una misma funcionaria del IFAI a fin de votar a favor de sí misma una propuesta suya de inexistencia de información…un caso así ¿no tiene interés alguno ni relación con los temas que trata su revista?
Por eso le solicito cita, a fin de exponerle personalmente el asunto. No tiene, por supuesto, obligación alguna de recibirme, pero parto de que, como me dijo Isabel Velázquez, el recado anterior de "no nos interesa hablar con usted" habría sido sólo una lamentable confusión.
Le anuncio que haré público este mensaje de mí hacia usted, a algunos miembros representativos de la comunidad dedicada a los temas de transparencia, rendición de cuentas y análisis de los medios, de los cuales a algunos los conozco, así como al público en general, pues los asuntos expuestos son de evidente interés público, y hay el lamentable antecedente ya mencionado.
Atentamente.
Tomoo Terada
John M. Ackerman
Miguel Carbonell
Lorenzo Córdova Vianello
Jonathan Fox
José Antonio Caballero
Miguel Ángel Granados Chapa
Sergio López Ayllón
Ernesto López Portillo
Mauricio Merino
Miguel Pulido Jiménez
Jesús Rodríguez Zepeda
Irma Eréndira Sandoval
Andreas Schedler
Raúl Trejo Delarbre
Ernesto Villanueva
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