Eve, Maite y Elena

Aunque a tropezones y aprovechando que ahora tengo oportunidad de explayarme, aprovecho para agradecer a tres mujeres.

A Eve Gil por responder de inmediato al correo que envié y que publicó en su blog www.eve-gil.blogspot.com/:


Estimados Rogelio y demás compañeros y amigos de Replicante:

Estoy utilizando las direcciones de un correo de Rogelio para difundir lo siguiente.Soy miembro de la mesa de redacción de Replicante; tal vez algunos me han leído en la revista.Pues bien, en el número 9 publiqué el reportaje "Elena Garro y la guerra de las verdades", en el cual mostré que las "pruebas" para haber señalado el IFAI a Elena Garro como "informante del Gobierno Federal" eran endebles y hasta ridículas. Ni el IFAI ni la prensa aclararon que se trataba de dos simples papeles en los que supuestos agentes anónimos supuestamente recogían supuestas delaciones de Elena Garro.Aparte de que no se le dio el relieve que considero hubiera sido necesario darle, por lo que he podido ver mis señalamientos fueron completamente ninguneados por la prensa, pues es obvio que los mismos confirmaban el que los periodistas mexicanos practican, en general, un "periodismo" de declaraciones y no de hechos.

Pero más allá de esto, que no podría considerarse mi molestia por el ninguneo, al continuar la investigación he llegado a descubrir algo aún más grave. El 27 de noviembre de 2001 Vicente Fox, como presidente entonces, emitió un decreto presidencial para crear la Fiscalía contra Delitos de Pasado. Esto, para aclarar y, en su caso, castigar a los responsables, tanto del 68, como de los Halcones y la llamada "guerra sucia". También ordenó que los acervos de las extintas Dirección Federal de Seguridad (DFS) y Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales (IPS) fuerna transferidas al Archivo General de la Nación, a fin de poner esos papeles a consulta pública y que fueran utilizados también por la Fiscalía mencionada. Vicente Capello, un antiguo agente de la Dirección Federal de Seguridad,ahora empleado del Cisen (Centro de Investigación y Seguridad Nacional) fue puesto a cargo de estos acervos, que se encuentran actualmente en la Galería 1 del Archivo.

Muchos cuestionaron a Capello, pues desconfiaban que un antiguo agente de la DFS estuviera a cargo de esos papeles. Ha habido muchas denuncias de que este tipo arbitrariamente ha decidido a quién y en qué forma le da acceso a los interesados en los acervos. Como recurrente en el recurso de revisión 2232/07 en el IFAI, en contra del Archivo General de la Nación, y a cargo de la Comisionada Ponente Jacqueline Peschard, encontré lo siguiente:

1. Vicente Capello y los demás agentes del Cisen nunca tuvieron derecho legal a estar en el AGN; menos a disponer a su antojo de esos acervos.

2. Tanto el AGN como el Cisen dicen no tener expediente de la presencia de Capello y los demás empleados del Cisen en el AGN.

3. He acusado, pues todo lo anterior da base a una sosopecha fundada, que estos individuos se apoderaron ilegalmente de esos acervos, a fin de "limpiarlos", de destruir lo verdaderamente comprometedor. Las pruebas para acusar a los criminales responsables del 68 y demás habrán desaparecido, producto de un engaño.A algunos les interesará el tema; a otros no. A quienes les interese, les agradecería que difundieran el asunto.
Saludos.
Tomoo Terada

A Maite Reyes Retana por publicar en su columna del miércoles 25 de julio de 2007,en el diario Milenio, lo siguiente:

La guerra sucia de Fox
Maite Reyes-Retana

Al tomar posesión de su cargo, Fox decidió apropiarse de una de las banderas más representativas de la izquierda, la de la defensa de los derechos humanos. Creó entonces la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, FEMOSPP, que se encargaría de investigar las matanzas de de 1968 y 1971, y los actos represivos sucedidos durante la Guerra Sucia.
La FEMOSPP no sirvió de nada y se tomó la decisión de desaparecerla el 30 de noviembre de 2006, el último día en funciones de Vicente Fox.
Esto viene a cuento porque hace algunos días Tomoo Terada, periodista, me hizo llegar un mail en el que relata la investigación que emprendió sobre las acusaciones que le hizo el IFAI a Elena Garro. No solamente encontró que las 'pruebas' para haber señalado a Elena Garro como 'informante del Gobierno Federal' eran endebles y hasta ridículas, sino que descubrió algo todavía más alarmante.Cuando Fox creó la FEMOSPP también ordenó que los acervos de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y la Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales (IPS), ambas extintas, se transfirieran al Archivo General de la Nación. La idea era que esos papeles pudieran ser consultados por cualquiera y que le sirvieran a la Fiscalía en su trabajo. El resguardo de los archivos le fue encomendado a Vicente Capello, un antiguo agente de la Dirección Federal de Seguridad y ahora empleado del CISEN. La designación fue muy cuestionada, pues un ex agente de la DFS no era, indudablemente, la persona más indicada para esta labor.
Cuenta Tomoo: 'Como recurrente en el recurso de revisión 2232/07 en el IFAI, en contra del Archivo General de la Nación, y a cargo de la Comisionada Ponente Jacqueline Peschard, encontré lo siguiente:
1. Vicente Capello y los demás agentes del Cisen nunca tuvieron derecho legal a estar en el AGN; menos a disponer a su antojo de esos acervos.
2. Tanto el AGN como el Cisen dicen no tener expediente de la presencia de Capello y los demás empleados del Cisen en el AGN.
3. He acusado, pues todo lo anterior da base a una sospecha fundada, de que estos individuos se apoderaron ilegalmente de esos acervos, a fin de 'limpiarlos', de destruir lo verdaderamente comprometedor. Las pruebas para acusar a los criminales responsables del 68 y demás habrían desaparecido, producto de un engaño.'Si lo dicho por Tomoo es cierto, y yo no tengo porque dudar de él, es obvio que la FEMOSPP estaba condenada al fracaso. ¿Un plan macabro de Fox para desaparecer archivos comprometedores?

(Aquí tengo que hacer una aclaración. Me considero un escritor más que un periodista (sobre todo tomando en cuenta el nivel general de la prensa mexicana), pero el escritor suele ser considerado como un artista que trabaja con “la verdad de las mentiras” (Vargas Llosa), alguien cuyo trabajo no necesariamente tiene vasos comunicantes con la realidad.
Por eso considero mi trabajo sobre Elena Garro como un reportaje, no un artículo o un ensayo, pues aunque presento reflexiones e ideas propias, todas parten de una investigación sobre las fuentes, los documentos supuestamente probatorios de las actividades de espionaje de Garro: un trabajo que debió haber sido hecho por los periodistas profesionales que cubrieron en su momento la noticia.)

Y retomando los agradecimientos, por supuesto last but not least a Elena Garro, por quien inició todo esto. Creo que es una paradoja fascinante el que ella, quien, por lo que parece haber sido una combinación de varios factores: la represión política contra Carlos Madrazo y sus seguidores; errores de la propia Garro; la sucesión presidencial de Gustavo Díaz Ordaz sin duda decidida a favor de Luis Echeverría en 68, etc, terminara siendo vista como una figura obscura y siniestra ahora contribuya, desde su tumba, a transparentar esa época.

Originalmente tenía la idea de organizar una conferencia de prensa para presentar las respuestas oficiales del AGN y el Cisen, y denunciar públicamente a Vicente Capello. Pero no puede organizarla. De los varios medios a los cuales me dirigí, la primera respuesta positiva vino de la revista Contralínea, que dirige el periodista Miguel Badillo, la cual publicará entonces los documentos mencionados en el número que circula a partir del 15 de agosto.

Como no quiero “competir” con Contralínea,respecto a los documentos que yo mismo les entregué, creo que lo mejor, hasta esa fecha, será escribir un repaso de la investigación sobre Garro y de cómo me llevó al asunto de Capello.